jueves, 8 de noviembre de 2007

Oda mico-lógica

Rumor de los dioses,

que en tus orígenes

brotas del estiércol,

encierras en tus cúpulas

la sabiduría indemne.

Naces de infantes estrellas negras,

que caen raudamente

de tus amarillentas bóvedas maternas

en un remolino de polvillo, excremento y agua.

Te extiendes en un manto pulcro,

blanco y resplandecido,

que acoge el crecimiento

de tu figura acampanada y pulcra.

Te transfiguras del negro al blanco

y del blanco al ámbar.

Mutas tu forma rastrera,

en una torrecilla coronada,

inexorablemente bella.

Pero jamás cambias tu esencia,

de sabia y pétrea naturaleza

que se expande cada vez,

cada vez que penetras el cuerpo de otro,

Cada vez que muestras al hombre

insensato, presuntuoso e ignorante,

la expansión abominable y certera

de la vida, la muerte y la tierra.

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